
La Escuela Virtual Óscar Arnulfo Romero, proyecto pedagógico de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) del Continente Americano, ha cumplido casi tres lustros de trayectoria en la formación de agentes de articulación eclesial y social desde la perspectiva de la Iglesia de los pobres. Fundada en 2012 como respuesta a la necesidad de formación teológica desde la base, ha desarrollado una propuesta sin precedentes en América Latina, integrando a tutores y alumnos de América y Europa. A través de tres generaciones de estudiantes, esta escuela ha dinamizado el pensamiento teológico crítico y liberador, facilitando herramientas bíblicas y pastorales a cientos de participantes que, a su vez, han replicado sus aprendizajes en sus propias comunidades, tanto rurales como urbanas.
Génesis pedagógica desde las bases
En 2012, la Escuela Virtual Óscar Arnulfo Romero emergió como un espacio formativo alternativo a los modelos tradicionales de educación teológica. Inspirada por el martirio del arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero y su compromiso con los pobres. Nació con un objetivo claro: ofrecer una formación teológica crítica, bíblica y pastoral a los miembros de las CEB del continente. Desde entonces, la escuela ha mantenido un perfil fiel al compromiso con la Iglesia de los pobres, a través de una propuesta pedagógica que pone en el centro la experiencia de las comunidades.
El contexto histórico en el que surgió la escuela fue decisivo. América Latina vivía una reconfiguración de sus procesos eclesiales y sociales: debilitamiento de las estructuras parroquiales clásicas, creciente migración rural-urbana, avance de modelos eclesiales centrados en el consumo religioso, así como la necesidad de mantener viva la llama del Concilio Vaticano II y las conferencias episcopales latinoamericanas, especialmente Medellín y Puebla.
La escuela respondió a este contexto con una opción metodológica clara: la virtualidad como medio de inclusión y expansión de la formación. Esta apuesta por lo virtual, antes de que se generalizara por las pandemias y crisis globales, permitió democratizar el acceso al conocimiento teológico desde lugares apartados y comunidades que tradicionalmente habían sido marginadas de los centros de formación. Así, nació una pedagogía continental que hoy es modelo de formación eclesial de base en todo el continente.
Con un enfoque metodológico participativo, intergeneracional, ecuménico y comprometido con la justicia social, la escuela ha demostrado ser un potente canal para la difusión de una teología encarnada y contextualizada. En un mundo marcado por la exclusión, la crisis de sentido y la necesidad de nuevos liderazgos comunitarios, la Escuela Óscar Arnulfo Romero representa una esperanza concreta y una plataforma sólida de articulación eclesial continental.

Formación liberadora para una iglesia en salida
Uno de los grandes logros de la Escuela Óscar Arnulfo Romero ha sido su capacidad de promover una formación teológica no neutral, sino comprometida con los pobres y con los procesos de transformación social. En este sentido, retoma y actualiza las intuiciones fundamentales de la Teología de la Liberación, vinculándolas con las realidades actuales del continente. La escuela no enseña para acumular conocimientos, sino para transformar la realidad desde el Evangelio. La clave está en su enfoque metodológico liberador, inspirado en Paulo Freire y en la pedagogía del oprimido.
En su diplomado central, por ejemplo, cada módulo integra el análisis de la realidad, la lectura contextualizada de la Biblia y la acción pastoral. Así, el conocimiento se construye de forma colectiva, partiendo de las experiencias concretas de las comunidades. Esta dinámica rompe con la verticalidad académica tradicional y favorece una educación dialógica, liberadora y comunitaria.
Tras casi tres lustros de camino, la Escuela Óscar Arnulfo Romero se consolida como uno de los proyectos más significativos de formación teológica en clave popular en América Latina. Su historia no solo es testimonio de resistencia, sino también de renovación. Ha demostrado que es posible construir procesos formativos rigurosos, críticos y profundamente humanos, incluso sin estructuras institucionales formales.
La proyección futura de la escuela pasa por varios desafíos:
- El primero es ampliar su capacidad de convocatoria y profundizar su presencia en las comunidades afrodescendientes, indígenas y migrantes, donde las necesidades formativas son urgentes.
- El segundo es fortalecer su dimensión ecuménica, promoviendo el diálogo y la colaboración con otras iglesias y espiritualidades populares.
- El tercero es avanzar aún más en el uso de la tecnología como canal e instrumento de divulgación y diversificación del pensamiento teológico de las CEB. Y estamos dando un paso más a partir de la virtualidad formativa: a partir de 2025 estamos integrando el uso de la inteligencia artificial (IA), para reforzar las capacidades y posibilidades de estudio e investigación de estudiantes y tutores en el contexto teológico.
- El cuarto es la plena integración de los miembros de la Escuela en la Casa de la Sabiduría, la Biblioteca Digital de las CEB, donde se ha creado un espacio exclusivo para ellos. Con los recursos de este proyecto, de manera privada podrán trabajar en estrategias de investigación y estudio con instrumentos basados también en el uso de la IA, conducidos por los tutores de la Escuela.

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