Fondo

10 Cartas y 7 Intervenciones de Don Sergio Méndez Arceo. VII Obispo de Cuernavaca
Sánchez Campos, Ángel
Fundación Don Sergio Méndez Arceo
Cuernavaca, octubre 2013
Origen: Librería CEB


Con motivo del 21 aniversario de la Pascua de don Sergio Méndez Arceo, VII obispo de Cuernavaca, presento un pequeño trabajo sobre su participación en la primera sesión del Concilio (11 octubre-8 diciembre de 1962).

Como autor de este trabajo quiero agradecer el trabajo académico que lo antecedió, llevado a cabo por el padre Carlos Salcedo Palacios, VD, que precisamente versó sobre las intervenciones de don Sergio en el Concilio, y cuya traducción del latín sirvió de base para esta publicación.

Por último, quiero llamar la atención sobre la importancia de la información que don Sergio envió regularmente desde el Concilio a través de 37 cartas en los cuatro años que duró el Concilio, publicadas en Morelos a través del semanario Correo del Sur.

Ojalá ayude a comprender y apreciar esta etapa histórica de la Iglesia diocesana que peregrina en Morelos.


Atte. Pbro. Angel Sánchez Campos

Cuernavaca, a 11 de octubre de 2013

Fe y ciudadanía
Pistas desde las CEB para el 2006
Colección Fe y Democracia
Hernández, Jua Luis
Ediciones CEB
México, 2006

Origen: Librería CEB

Con gusto presentamos la serie Fe y Democracia, que consta de tres folletos:

1. Fe y Política
2. Fe y Elecciones
3. Fe y Ciudadanía

Esta serie está pensada como un instrumento para que las Comunidades Eclesiales de Base y cualquier comunidad cristiana, reflexionen desde su fe y práctica los procesos democráticos que inciden en nuestro país. Por su calidad y contenido este material puede ser utilizado más allá de la actual conyuntura política de México.

Las Comunidades Eclesiales de Base tienen una larga trayectoria de ir gestando procesos democráticos, y los folletos que ahora ponemos a su disposición, permiten seguir avanzando en la línea estratégica nacional que nos hemos propuesto de Impulsar la conciencia y la participación ciudadana para el fortalecimiento de la sociedad civil como una mediación para la construcción del Reino.

Agradecemos al Mtro. Juan Luis Hernández Avendaño, autor de la serie, su servicio generoso a las Comunidades de Base.

Deseamos que la utilización de estos folletos sea de gran utilidad, para que impulsados por la vivencia de una fe comprometida seamos ciudadanas y ciudadanos activos y responsables en la transformación de México.


México, D. F., enero 2006

Fe y Política
Pistas desde las CEB para el 2006
Colección Fe y Democracia
Hernández, Jua Luis
Ediciones CEB
México, 2006

Origen: Librería CEB

 

Con gusto presentamos la serie Fe y Democracia, que consta de tres folletos:
4. Fe y Política
5. Fe y Elecciones
6. Fe y Ciudadanía

Esta serie está pensada como un instrumento para que las Comunidades Eclesiales de Base y cualquier comunidad cristiana, reflexionen desde su fe y práctica los procesos democráticos que inciden en nuestro país. Por su calidad y contenido este material puede ser utilizado más allá de la actual conyuntura política de México.

Las Comunidades Eclesiales de Base tienen una larga trayectoria de ir gestando procesos democráticos, y los folletos que ahora ponemos a su disposición, permiten seguir avanzando en la línea estratégica nacional que nos hemos propuesto de Impulsar la conciencia y la participación ciudadana para el fortalecimiento de la sociedad civil como una mediación para la construcción del Reino.

Agradecemos al Mtro. Juan Luis Hernández Avendaño, autor de la serie, su servicio generoso a las Comunidades de Base.

Deseamos que la utilización de estos folletos sea de gran utilidad, para que impulsados por la vivencia de una fe comprometida seamos ciudadanas y ciudadanos activos y responsables en la transformación de México.


México, D. F., enero 2006

XIX Encuentro Nacional
Las CEB, Pueblo de Dios, Signo de Esperanza
Sin autor
Ediciones CEB
México, D. F., mayo 2014

Origen: Librería CEB

Este año vivimos un tiempo de gracia al celebrar el XIX Encuentro Nacional de las Comunidades Eclesiales de Base de México con una nueva modalidad al realizarse en tres redes simultáneamente.

El objetivo general del Encuentro es: “Fortalecer la Iglesia, Pueblo de Dios, en el nivel de Comunidad Eclesial de Base, que comparte sus experiencias como signos de esperanza de un mundo nuevo, para responder a los desafíos del México de hoy”. El tema “Las comunides Eclesiales de Base, Pueblo de Dios , comparten su vida y anuncian con esperanza la acción de Dios en su caminar.

Este folleto está dedicado a los Contenidos que ayudarán a la rreflexión en el XIX Encuentro Nacional de las CEB y además seguirán siendo de mucha utilidad en su estudio posterior que haremos en nuestras localidades.

Chiapas en el corazón
Riesgos de una Iglesia Particular
Hurtado López, Juan Manuel
Sin editor
México, 2005

Origen: Librería CEB

 

Chiapas en el corazón recoge la experiencia eclesial vivida en la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas y la reflexión teológica realizada por un periodo de tiempo de siete años: de 1998 a 2005.
A partir de febrero de 1998, la Diócesis de Ciudad Guzmán se ha hermanado solidariamente  con la de San Cristóbal, asumiendo bajo su responsabilidad una Parroquia-Misión en los Altos de Chiapas: Santa Catarina en Pantelho. Esto ocurrió como respuesta a la invitación expresa que le hicieron los Obispos Don Samuel Ruiz García y su Obispo Coadjutor, Don Raúl Vera López a nuestro Obispo Don Serafín Vázquez. En la carta que le enviaron al Obispo de Ciudad Guzmán, le decían entre otras cosas: “Te solicitamos abrir una misión permanente en la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, con sacerdotes de allá. Lo hacemos, sabedores de tu gran amor a la Iglesia.”.
Los temas aquí tratados, las reflexiones e inquietudes que se presentan en el libro, botaron al calor de esta experiencia y desde este compromiso que me tocó iniciar.

 

 

El pasado 6 de noviembre el cardenal Sarah, presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, declaro que “aun entre los bautizados y los discípulos de Cristo hay actualmente una especie de apostasía silenciosa, un rechazo de Dios y de la fe cristiana en la política, en la economía, en la dimensión ética y moral y en la cultura post-moderna occidental”. Son palabras duras, pero certeras y valientes, que merecen un análisis.
La razón de este fenómeno ya fue dada en el Concilio Vaticano II, cuando se advertía que “La ruptura entre la fe y la vida diaria de muchos debe ser considerada como uno de los más graves errores de nuestra época”. En efecto, un cristiano que de verdad crea no puede reducir la proyección de su fe al ámbito privado. Necesariamente tiene que proyectarla “en la política, en la economía, en la dimensión ética y moral y en la cultura”.
Tampoco cabe la incoherencia de “creer” una cosa y “actuar” de modo distinto. El cristianismo exige la unidad de vida, pues -como señalara en 1986 la conferencia Episcopal Española en su Instrucción Pastoral Los católicos en la vida pública- “Cuando un hombre o una mujer viven intensamente el espíritu cristiano, todas sus actividades y relaciones reflejan y comunican la caridad de Dios y los bienes del Reino”. Y justamente de eso trata la última encíclica, Lumen Fidei, a la que prestaremos en los próximos números una atención destacada.

Esta edición de Signos de Vida se propone no seguir las normas de las ediciones anteriores, que fueron publicaciones temáticas. Aquí lo que se propone es romper esta norma en forma y contenido. Los artículos no tienen un tema común. Lo que se propone aquí es ser diverso, con el único compromiso de ser cuestionador de lo comúnmente aceptable como ordinario y natural. Esta propuesta tiene el objetivo de profundizar nuestra reflexión. Así como los niños y niñas que nos desesperan con su insistente “porqué?” a todo lo que a nosotros parece lógico y aceptable.
El profesor y ex sacerdote argentino Ariel Álvarez Valdés ya lo conocemos por sus miradas inquietantes hacia los textos bíblicos. Ahora Ariel pregunta: “de dónde sacaron la idea de que Jesucristo era sacerdote?” La dominicana-costarricense Tirsa Ventura cuestiona lo que aparentemente aceptamos como “cumplimiento de los deseos de Dios” y pone debajo de la luz la trampa de la violencia contra niños y niñas, mujeres y hombres que optan por el silencio o son silenciadas frente a una práctica que no parece tener fin. José Duque habla de una revelación que tiene en un momento de oración de intercesión por las víctimas de la violencia en Colombia. La respuesta de Dios no se da de manera violenta, con terror, miedo, escenarios pesimistas con tragedias o catástrofes.

El proyecto legislativo sobre “matrimonio” homosexual aprobado por el Ejecutivo de François Hollande ha desatado una respuesta inopinada de la ciudadanía francesa. Con un programa próximo al zapaterismo en materia ideológica, los socialistas galos se las han tenido que ver con manifestaciones multitudinarias a pocos meses de unas elecciones que ganaron con relativa comodidad. Las características de estas movilizaciones se pueden resumir en tres elementos destacables: no han sido auspiciadas ni manipuladas por la oposición conservadora, sino que han brotado espontáneamente de la sociedad civil; han subrayado más el carácter positivo de la reivindicación (la defensa de la familia tradicional) que el negativo y, en último lugar, articulan un movimiento transversal –del campo a la ciudad, de elementos religiosos con otros meramente políticos, interclasista, interracial y probablemente incluso interpartidario.
Pero muy por encima de todo ello conviene resaltar el elemento simbólico que en nada podemos considerar simplemente anecdótico. En efecto, Francia no sólo es la cuna de la Ilustración liberal, sino que es además el país con más larga tradición laicista del mundo occidental. De ahí que las manifestaciones por la familia tradicional hayan sorprendido, más allá de la intelectualidad francesa –acomodada a un progresismo de salón autorreplicante–, a toda la sociedad europea. Si en mayo del 68 las calles fueron tomadas por estudiantes ideologizados en un neomarxismo alternativo (el “sesentayochismo”), treinta y cinco años más tarde, también en mayo, quienes han levantado su voz han sido aquellos que defienden el sentido común de la tradición y de los valores. Un político del fino olfato de Nicolás Sarcozy ganó las presidenciales galas hace cinco años con el lema (premonitorio) de “hay que enterrar el sesentayocho”. Todos estos datos son ciertamente alentadores en tanto que desvelan un subyacente inequívoco de anhelo por las raíces cristianas en un país, como Francia, que ha sido icono histórico del progresismo laicista.

El testimonio que nos ofrece en exclusiva, en este número de EL PENSADOR, el histórico Lech Walesa “vale -como dice el dintel de una de las villas de Pompeya- su peso en oro”. No es sólo cuestión de que un premio Nobel de la Paz conceda su tiempo y regale sus confidencias más íntimas a un modesto medio como este, sino que sobre todo es la carga de profundidad de sus palabras las que hacen de esta entrevista un documento a tener en cuenta por los historiadores cuando se acerquen a la caída del comunismo en Polonia, antesala del colapso de todo el entonces denominado Telón de Acero. En efecto, Walesa tiene toda la razón cuando reivindica que la caída del Muro de Berlín no fue sino una consecuencia de un complejo proceso que tuvo su origen en Polonia. Colocar el Muro de Berlín como icono de la caída del comunismo soviético es, en cierto modo, tratar de hurtar el papel de la Iglesia en este acontecimiento histórico, pues este protagonismo católico sobresale a todas luces en Polonia con perfi les mucho más precisos e inconfundibles que en la Alemania oriental. Cuidado pues con ciertos iconos que no hacen justicia pero que en cambio obedecen a intereses ideológicos inconfesables.
Hablamos del valor histórico de esta entrevista y ello es así esencialmente por cuanto el protagonista político de la democratización polaca (reconocido así internacionalmente y desde el principio, en 1983, con sucesivas portadas de la revista Time o con la misma concesión ese año del Premio Nobel de la Paz) admite públicamente el papel jugado en aquellos años por la Providencia divina. La intervención de Dios en la Historia de los hombres se hace patente también en el colapso del comunismo polaco y, con ello, protagoniza desde el principio la sucesiva caída de las piezas del dominó hasta la completa democratización de la Europa del Este, como por otro lado nos había anunciado la Virgen en sus apariciones en Fátima.

El joven sacerdote Juan Bosco, no sabía que un día en el mundo hombres y mujeres portarían con orgullo el legado de su vida. Solo muchos años más tarde, cuando la palabra oratorio estaba cimentada, la santidad por medio de la alegría era comprendida y el futuro de la juventud se garantizaba por medio de la educación; de esta manera se reconoció la importancia de un nuevo elemento: plasmar por escrito lo que ya estaba traducido en las vivencias cercanas y familiares que formaban ya parte de la tradición y de la forma de educar, que las futuras generaciones tenían como legado, para ser fieles al proyecto del fundador. El fundador demostró estar pronto a las necesidades de los jóvenes a la vez que nos enseñó que no hay que hacer nada raro para cautivar la atención de los mismos; que partió de lo poco que tenía en sus bolsillos dando de lo mucho que llenaba su corazón de padre; que sonrió a la dificultad porque sabía el resultado que sobreviene a quien es fiel al creador.
Más que gran escritor, Don Bosco esculpió su experiencia de Dios en el corazón de sus jóvenes, dejando en ellos la experiencia imborrable de sentirse llamados a continuar en el mundo haciendo el bien en nombre de Dios. Experiencia que jamás se borró de los corazones fielmente “marcados” por el amor de quien comprendió hacerlo en nombre del Buen Pastor.
Como continuadores de la obra de Don Bosco, no podremos ser fieles sin continuar marcando, formando, escribiendo con tinta indeleble en el corazón de los jóvenes y de todos quienes el Señor coloque en nuestro camino de educadores-pastores; y para ello, hacemos gala del “carisma” que nos identifica como creadores, constructores, compañeros de camino, dispuestos a hacerlo todo con tal de hacer mejor la vida de los nuestros.
Poseemos como Don Bosco e inspirados en Jesús un espíritu de proporciones superiores a las que ninguna cadena o vicio puede sujetar; un espíritu creativo, risueño y sincero, capaz de arrebatar de las pantallas las miradas perdidas de miles de jóvenes en el mundo.

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