En el centro de la ética social de Juan Pablo II está la concepción de la dignidad de la persona y de la sociedad como una comunidad de personas. El punto de partida de la moral es siempre la persona, como sujeto y fin de toda la actividad social.
Autor
Julio L. Martínez, SJ
Editorial
Sal Terrae
Fecha de publicación original
2005
Número de edición
n. 1.090
Tipo del contenido
Revista digital
Formato del contenido:
PDF