A diferencia de otros fundadores de religiones, Jesús no dejo a la posteridad nada escrito. Su mensaje fue exclusivamente oral y se dirigió a todos los que quisieron oírle, especialmente al círculo restringido de sus apóstoles y discípulos, quienes a su vez lo transmitieron por la predicación a las primeras comunidades cristianas. Es a partir de la mitad del siglo I cuando este mensaje oral empieza a cristalizarse en la forma escrita que conocemos como evangelios. Dos de ellos los de San Mateo y San Juan fueron escritos por testigos directos de la predicación de Jesús; los otros dos los de San Marcos y San Lucas por testigos indirectos, que para ello recabaron la información de otros apóstoles. Cada uno de estos evangelios fue escrito, además para comunidades distintas (cristianos de procedencia judía, gentil o helenista), sin que por lo general traspasaran en punto a utilización y conocimiento los límites de esas comunidades hasta mucho tiempo después: solo a finales del siglo II tenemos constancia por el testimonio de Irineo de Lyon (Adv. haeres, III 1,8) de la validez general de los cuatro evangelios.
Aunque existen otros atlas, casi todos están hechos por eruditos para uso de otros eruditos. Proporcionan una necesaria y valiosa información y por ello se han ganado su puesto en las bibliotecas especializadas o en las bibliografías, como la que ofremos en la pagina 244. En cambio, la presente obra obra ha sido elaborada pensando especialmente en el lector medio. Se basa en la documentación mas reciente y han intervenido en ella renombrados eruditos y teólogos, y ha sido constante preocupación de los editores creara una obra tan asequible y clara como exacta y actualizada. EL ATLAS DE LA BIBLIA sirve para explicar, dilucidar y ampliar lo que está dicho en la Biblia, pero que no siempre resulta fácil de comprender , y ha sido ideado de manera que pueda leerse de principio a fin como un libro de relatos, o bien utilizarse como una obra de consulta y útil complemento de la Biblia. Antes de que hablemos de los mapas, conviene ofrecer al lector una introducción al mundo bíblico y exponerle las peculiaridades de Tierra Santa. Los antiguos Pueblos de Mesopotamia y Egipto dejaron numerosos testimonios gráficos de su manera de vestir, basándose en esas fuentes, un dibujante ha realizado para nosotros una serie de ilustraciones que retratan a la gente que poblaba el mundo bíblico.
Los estudios bíblicos han avanzado enormemente en los últimos años. Pero muchas de esas investigaciones duermen en libros densos, voluminosos y de difícil acceso para el común de los lectores. ¿Quién era la serpiente del Paraíso? Intenta poner al alcance de todos algunas de esas nuevas conclusiones, con el fin de tender un puente entre la difícil erudición de los exegetas y el común de los lectores, acercando de forma fácilmente comprensible los arduos estudios de aquellos. Se propone, así, colaborar con la marcha del pueblo de Dios hacia una comprensión más plena de la Palabra de Dios de la que hablaba Jesús en el evangelio de Juan cuando decía que aún no tenemos la verdad total y que el Espíritu Santo nos ira llevando poco a poco hacia ella, (Jn 16,13)