Una palabra de vida o, mejor, un abrazo, ése que está aun por llegar, es el que pueden recibir los católicos divorciados y vueltos a casar. Convencido de que no hay abrazos a medias, y consciente de que el divorcio equivale a la muerte de un sueño, Pablo Guerrero propone «mirar con cariño y ternura el dolor de las personas concretas y, desde ahí, interpretar la ley, pronunciar una palabra de consuelo y liberación y hacer partícipes a los hermanos que sufren del Pan partido, repartido y compartido».
Autor
Pablo Guerrero Rodríguez, SJ
Editorial
Sal Terrae
Fecha de publicación original
2005
Número de edición
n. 1.096
Tipo del contenido
Revista Digital
Formato del contenido
PDF