En nuestras eucaristías, en algunos sacramentos y en ocasiones solemnes de la vida de la Iglesia se recita el Credo. Ordinariamente lo recitamos de memoria, sin parar mientes en lo que decimos, o sin entender mucho lo que vamos repitiendo. A veces tenemos la impresión de ser como los niños de la escuela que recitan una lección aprendida de memoria.
Autor
Victor Codina
Editorial
Colección Biblia 28
Fecha de publicación original
No la menciona
Número de edición
No la menciona
Tipo del contenido
Documento
Formato del contenido:
Word