Muchas veces, como seres humanos, no nos damos cuenta que por tener la imagen de Dios en nosotros, tenemos a nuestra disposición una dimensión espiritual y una dimensión de entendimiento, que es la Palabra de Dios.
El hombre moderno ha desarrollado, sin darse cuenta, todas las facultades intelectuales de la dimensión espiritual que están dentro de él. Hay algunos pasajes claves en la Escritura acerca del poder y del impacto que una vida de oración puede llegar a tener en nosotros.
En Salmos 65:2, David le dice a Dios una frase inspirada por el Espíritu Santo: “Tú oyes la oración; a ti vendrá toda carne.” Esta frase nos deja entender que Dios quiere ser reconocido como quien contesta y escucha las oraciones; esto nos ayuda a formar una perspectiva de que la oración no es un deber religioso. Dios en realidad quiere ser reconocido como alguien dispuesto a oír y contestar nuestras peticiones y suplir nuestras necesidades, la oración es algo que se hace para convivir con Dios.
Esta ficha documental es una aportación del área de Registro de la Biblioteca Digital.