Con más de un cuarto de millón de copias impresas, la serie de Pasajes difíciles se ha ganado la reputación de guía útil para dificultades bíblicas entre los lectores. La serie se lanzó con la publicación de The Hard Sayings of Jesus [Dichos difíciles de Jesús] de F. F. Bruce en 1983 y la aparición de volúmenes posteriores en 1988, 1989, 1991 y 1992. Esos volúmenes incluían Hard Sayings of the Old Testament [Pasajes difíciles del Antiguo Testamento], More Hard Sayings of the Old Testament [Más pasajes difíciles del Antiguo Testamento] por Walter C. Kaiser Jr., Hard Sayings of Paul [Dichos difíciles de Pablo] y More Hard Sayings of the New Testament [Más pasajes difíciles del Nuevo Testamento] por Manfred T. Brauch y Peter H. Davids, respectivamente.
Esta edición combina las cinco versiones anteriores con material nuevo de Walter Kaiser y Peter Davids. Se han agregado más de cien versículos a la lista de textos explicados, así como una docena de artículos preliminares que tratan preguntas comunes que se repiten a lo largo de la Biblia.
El resultado es que todos los pasajes del Antiguo Testamento han sido tratados por Walter Kaiser; el trabajo de F. F. Bruce se limita a los Evangelios sinópticos, con una adición al Evangelio de Juan; el trabajo de Manfred Brauch se limita a las epístolas de Pablo; y la contribución de Peter Davids abarca todo el Nuevo Testamento. La introducción general a continuación destila los comentarios preliminares clave de los diferentes autores de las partes individuales.
Los autores comparten la convicción de que la Biblia es palabra de inspiración y autoridad divina para la iglesia, pero los lectores cuidadosos observarán que no todos están de acuerdo en lasmejores soluciones a ciertas dificultades bíblicas. Así debe ser. Si todos estuvieran de acuerdo en las mejores soluciones para estas preguntas, no habría pasajes difíciles.
Es probable que lo dicho por F. F. Bruce en su introducción a Dichos difíciles de Jesús se aplique a casi todos los textos difíciles de esta colección: pueden ser difíciles por dos razones diferentes. En primer lugar están los que, debido a diferencias de cultura y tiempo, son difíciles de entender sin una explicación de su trasfondo social e histórico. En segundo lugar están los que se entienden muy fácilmente pero que van en contra de la forma en que pensamos y actuamos. Se cuenta que en una ocasión Mark Twain comentó que las porciones de la Biblia que le molestaban no eran las que no entendía, sino las que eran perfectamente claras.
Este volumen se publica con la esperanza de iluminar el primero de estos tipos de dificultad. Sin embargo, esperamos no suavizar nunca en nombre de la explicación la fuerza del segundo tipo de dificultad, por medio de la cual la Palabra de Dios nos enfrenta para cambiarnos y conformarnos a la imagen de Jesucristo.