Invitada por Amerindia a participar del Primer Congreso de Teología de América Central y El Caribe, realizado en Guatemala en el mes de abril del año 2011, me pidieron que presentara una experiencia de lectura popular de la Biblia. Tuve que elegir entre la experiencia de la Escuela Bíblica “Monseñor Romero” (mi gozo y mi corona) que en 6 años ya ha dado como fruto 90 animadores y animadoras bíblicos populares para Haití y ha hecho nacer 5 nuevas Escuelas Bíblicas en diferentes puntos del país, y la experiencia más simple y pobre de lectura bíblica, popular y comunitaria que estoy acompañando. Con el corazón puesto en el Evangelio, elegí esta última, aunque con serias dudas si satisfaría las expectativas de las y los participantes del Congreso. La experiencia fue recibida con alegría y, luego de la presentación, la revista de Teología Perspectivas me pidió que la escribiera como artículo que pudiera ser publicado. De ahí ha nacido este artículo que hoy les estoy compartiendo.
Esta es una sencilla experiencia de lectura popular, comunitaria, liberadora, ecuménica y militante de la Palabra de Dios. Cinco adjetivos que van gestando una espiritualidad propia del discípulo y de la discípula de Jesús de Nazaret.
Esta ficha documental es una aportación del área de Registro de la Biblioteca Digital.