El comentario de Jon Sobrino invitan a la Iglesia a prepararse para la Cuaresma del año 2012, iniciando con una pregunta reflexiva y comprometida desde el documento de Medellín: con Medellín Dios pasó por América Latina. ¿Con quién pasa ahora?"El Paso de Dios" tocó muy profundamente a la Iglesia y la configuro con la fe de muchos para proclamar al Dios de los pobres, de los oprimidos, Dios entro en la historia Latinoamericana. Desde esa irrupción de los pobres, y de Dios en ellos, Medellín pensó qué es ser Iglesia, cuál es su identidad y misión fundamental, y cuál debe ser su modo de estar en un mundo de pobres. La respuesta fue "una iglesia de los pobres”, semejante a la ilusión que tuvo Juan XXIII y el cardenal Lercaro. En el concilio no prosperó, en Medellín sí. La Iglesia sintió compasión por los oprimidos y decidió trabajar por su liberación. Por muchos, con mayor o menor conciencia explícita, fue acogida como bendición. Por otros, fue percibida, con razón, como grave peligro.