Tiene el lector en sus manos uno de los libros más representativos de los estudios bíblicos modernos y de la teología contemporánea. En ningún otro lugar se han encontrado y fecundado con semejante fuerza exégesis bíblica, comprensión hermenéutica y formulación sistemática del Nuevo Testamento.
Con esta investigación, Bultmann no sólo ha influido en la inmensa mayoría de los teólogos de las diversas confesiones cristianas, sino que sus conclusiones han marcado un antes y un después en la interpretación de los textos fundacionales del cristianismo.
El éxito de la propuesta de este gran pensador alemán radica en haber logrado actualizar el mensaje del Nuevo Testamento y haber conseguido presentarlo como una posibilidad radical de vida para cualquier ser humano. La obra de Bultmann, a pesar de sus limitaciones, seguirá ofreciendo durante mucho tiempo un punto de referencia obligado para pensadores, exegetas y teólogos.
La pregunta por el sentido de la vida es constitutiva del hombre. Los animales no se la plantean porque no necesitan un proyecto ni están obligados a responder creativamente a los retos que plantea la vida. El mecanismo de los instintos basta para la lucha por la supervivencia. Pero esto no ocurre en el hombre, que tiene conocimiento y libertad, superando los esquemas de estímulo y respuesta, que determinan al animal. El hombre tiene que construir un proyecto de vida colectivo, que cristaliza en la cultura y en la educación, y también uno personal. Por una parte, nos apoyamos en el código cultural y, por otra, rompemos con él. Hay una predisposición natural a determinados comportamientos y reciprocidad entre la cultura y la naturaleza. Éste es el marco del primer capítulo de este libro, «Humanizar el animal: cultura y religión».
1. El ser humano a la búsqueda de sentido
La pregunta esencial es cómo vivir la vida con sentido y ser felices. Las búsquedas fundamentales para vivir con plenitud tienen que ver con la evaluación que hacemos sobre lo que es importante o no, con los interrogantes acerca del bien y del mal, para obtener orientación e identidad personal, y con las cuestiones límite sobre el significado de la vida y de la muerte. Queremos vivir una vida que merezca la pena y frecuen temente no sabemos cómo. Esto es especialmente problemático en épocas de transición como la nuestra, en las que se hunden las viejas certezas culturales, con las que han vivido las generaciones anteriores, sin que todavía hayamos alcanzado un código cultural sustitutivo.
El Concilio Vaticano II aprobó, y con alta calificación, una asignatura que tenía pendiente desde hace siglos: El campo de su competencia. Su autoridad deriva de que ella nos ofrece la palabra de Dios. Palabra de Dios y espíritu de Dios son los dos conceptos sobre los que gira la Biblia en cuanto sagrada Escritura. Son también los dos conceptos que expresan el desdoblamiento de Dios en su revelación personal. La Biblia es la revelación de Dios en la palabra y el espíritu.
Este aspecto de la Biblia y esta definición de la misma en los términos que preceden no es detectable ni verificable por los métodos que conducen a su conocimiento en el nivel literario. En la frase citada de Pablo surgió el término “creyente”: “Es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree” (Rm 1,16). Lo que ahora estamos diciendo de la Biblia tiene sentido única- mente en el ámbito de la fe. En este ámbito se da sin duda una “compresión”, pero no está disponible en los conceptos; es inseparable de la vida misma de quienes saben de la realidad metahistórica presente y presenciándose en la realidad histórica del mundo, es decir, de la vida de la fe de los creyentes.
Hablar de la autoridad de la Biblia es pisar en un terreno accidentado. Está cubierto de piedras de tropiezo, desniveles, huecos. Puede provocar caídas. El tema es polémico. No es que la autoridad de la Biblia sea cuestionada. En la cristiandad, o sea en el conjunto de las Iglesias y de las personas cristianas en el mundo, la Biblia ejerce la indiscutible función de Sagrada Escritura. En esto hay una nimiedad. El disenso aparece tan pronto se piden explicaciones sobre el significado y las aplicaciones de esa autoridad. Las formas de entender la varían. No es raro que aparezca el conflicto y se produzcan divisiones. El tema exige la discusión y la búsqueda de consenso.
La tarea es impostergable, la Biblia está sien do usada. No puede haber moratoria bíblica en la cristiandad. Cabe a la Iglesia de Jesucristo la responsabilidad por el uso consecuente de ese libro y a la resistencia contra el abuso. La Biblia es un don a ser administrado con el debido celo. Por lo tan to importa conocer la Biblia y auscultar sus propósitos. ¿En qué consiste su naturaleza sagrada? ¿Es o no palabra de Dios? ¿Cómo leer la Biblia correctamente? La cristiandad debe dar respuesta y justificar su discurso.
Dirigidos a los participantes y animadores de los grupos de lectura creyente de la Biblia, los tres volúmenes de Dios actúa en la historia plantean un recorrido en tres tiempos a través de la historia de la salvación: la obra de Dios con el pueblo de Israel (I); la actuación redentora de Jesucristo (II); la prolongación y actualización de la acción salvadora de Dios en la Iglesia y por la Iglesia (III).
Este segundo volumen nos acerca a la obra redentora de Jesús, centro y cumplimiento del proyecto salvador de Dios en orden a toda la humanidad.
Este libro ofrece un estudio serio sobre los hechos milagrosos de Jesús, en contacto directo con los textos evangélicos. Los milagros no son de fácil hermenéutica, y deben ser analizados con detenimiento tanto en su marco histórico como en la interpretación que hace el evangelista del relato, la primera y la más auténtica. Como modos exegéticos de acercamiento a los textos se emplean el análisis semiótico, el psicoanalítico, el de la historia de las formas y el de la historia de la redacción, llevados a cabo por eminentes especialistas.
Xavier Léon-Dufour (1912-2007). Fue miembro de la Compañía de Jesús. Profesor de exégesis neotestamentaria en Enghien, Bélgica (1948-1957), Fourvière-Lyón (1957-1974) y París (desde 1974). El 13 de noviembre de 2007, exactamente 76 años desde que hizo los votos del bienio en la Compañía, el Padre Xavier Léon-Dufour murió en Pau, Francia, a la edad de 95 años.
Puedo presentar finalmente al público la segunda parte de mi libro sobre Jesús de Nazaret. Dadas las numerosas reacciones a la primera parte, que ciertamente eran de esperar, me ha animado mucho el que grandes maestros de la exégesis, como Martin Hengel, lamentablemente fallecido entretanto, así como Peter Stuhlmacher y Franz Mußner, me hayan confirmado explícitamente en el proyecto de continuar este trabajo y llevar a término la obra iniciada. Aunque no se identifican con todos los detalles de mi libro, lo han considerado, tanto desde el punto de vista del método como del contenido, una contribución importante que debería ser completada.
También ha sido para mí un motivo de alegría que el libro haya ganado en este tiempo, por decirlo así, un hermano ecuménico en la voluminosa obra Jesus (2008), del teólogo protestante Joachim Ringleben. Quien lea los dos libros notará, por un lado, la gran diferencia en el modo de pensar y en los planteamientos teológicos determinantes, en los que se manifiesta concretamente la distinta procedencia confesional de los dos autores. Pero, al mismo tiempo, se observa la profunda unidad en la comprensión esencial de la persona de Jesús y de su mensaje. Si bien con enfoques dispares, es la misma fe la que actúa, produciendo un encuentro con el mismo Señor Jesús. Espero que ambos libros, en su diversidad y en su esencial sintonía, sean un testimonio ecuménico que, a su modo, pueda servir en este tiempo a la misión fundamental común de los cristianos.
He podido comprobar también con gratitud que la discusión sobre el método y la hermenéutica de la exégesis, y sobre la exégesis como disciplina histórica y teológica a la vez, se está haciendo más vivaz, no obstante ciertas resistencias hacia los nuevos pasos. Me parece de particular interés el libro de Marius Reiser, Bibelkritik und Auslegung der Heiligen Schrift, publicado en 2007, en el que se recoge un conjunto de ensayos publicados precedentemente, dotándoles de una unidad interna y ofreciendo indicaciones relevantes para las nuevas vías de la exégesis, sin abandonar la importancia que siempre tiene el método histórico-crítico.
El Glosario Holman de Términos Bíblicos como se indica en su contraportada, permite el acceso al conocimiento del hebreo y del griego, incluso a quienes no conocen estos idiomas. Ofrece una definición clara de 400 términos bíblicos: 200 expresiones hebreas del Antiguo Testamento y 200 griegas del Nuevo Testamento de conceptos fundamentales que se repiten en toda la Escritura.
En cada artículo se encuentra:
• La traducción al español de la expresión hebrea o griega.
• La transliteración de cada expresión.
• El número en la Concordancia Strong.
• Breve definición ejemplos representativos del uso de la expresión en las Escrituras.
• Lista de versículos clave de la Biblia en los que se emplea cada término.
• Un índice de versículos para acceder fácilmente al estudio de una palabra determinada.
Muchas veces, como seres humanos, no nos damos cuenta que por tener la imagen de Dios en nosotros, tenemos a nuestra disposición una dimensión espiritual y una dimensión de entendimiento, que es la Palabra de Dios.
El hombre moderno ha desarrollado, sin darse cuenta, todas las facultades intelectuales de la dimensión espiritual que están dentro de él. Hay algunos pasajes claves en la Escritura acerca del poder y del impacto que una vida de oración puede llegar a tener en nosotros.
En Salmos 65:2, David le dice a Dios una frase inspirada por el Espíritu Santo: “Tú oyes la oración; a ti vendrá toda carne.” Esta frase nos deja entender que Dios quiere ser reconocido como quien contesta y escucha las oraciones; esto nos ayuda a formar una perspectiva de que la oración no es un deber religioso. Dios en realidad quiere ser reconocido como alguien dispuesto a oír y contestar nuestras peticiones y suplir nuestras necesidades, la oración es algo que se hace para convivir con Dios.
En esta obra el Padre Jorge Humberto Peláez, comparte la recopilación de sus homilías bajo el título "La palabra de Dios ilumina nuestras vidas", una herramienta pastoral al servicio del ministerio de la Palabra.
Con un Doctorado en Teología Moral en la Pontificia Universidad Gregoriana, de Roma, en 1981, se vinculó a la Pontificia Universidad Javeriana, 20 años en Bogotá y ajusta 11 años en Cali, donde ha ejercido la docencia y ha ocupado diversos cargos administrativos como Decano, Vicerrector Académico y Rector.
Dominicalmente el Padre Peláez, desde hace 9 años ha sido el encargado de las homilías de las seis de la tarde en el Templo Votivo Sagrado Corazón en el barrio Centenario al Norte de Cali, y se han constituido en el guía espiritual para muchas familias de la ciudad y estas homilías son el fundamento de su nueva obra literaria, consistente en tres libros y titulada, La palabra de Dios Ilumina Nuestras Vidas , según este sacerdote “ la motivación que he tenido al prestar este servicio eclesial: conectar la vida diaria de los fieles - sus gozos y esperanzas, tristezas y desafíos – con la Palabra de Dios, de manera que encuentren en ella la fuerza para construir una sociedad más humana e incluyente”.
Además añade: “En este servicio a la Palabra, he buscado siempre la sencillez en el lenguaje y la claridad pedagógica, para que al regresar a sus hogares puedan recordar el mensaje que les ha transmitido la liturgia dominical y ponerlo en práctica”.
Cuando escribo el título “Dios en la creación” pienso en Dios Espíritu santo. Dios es “el enamorado de la vida”, y su Espíritu está en todas las criaturas. Para entender esto he abandonado las viejas distinciones de la teología basadas en los tres artículos del credo de los apóstoles, y he ensamblado en clave trinitaria estos tres artículos de forma que me permitan desarrollar una doctrina pneumatológica de la creación. Esta doctrina, que arranca de la inhabitación del Espíritu divino en la creación, debe aportar puntos de partida para el diálogo con filosofias de la naturaleza integrales, no mecanicistas, tanto antiguas como modernas.
El subtítulo de esta obra llama a esta doctrina de la creación doctrina ecológica de la creación. Con ello queremos apuntar ante todo a la “crisis ecológica” de nuestro tiempo, y a la mentalidad ecológica que debemos aprender con toda urgencia. Pero, en un sentido más profundo, pretendo aludir al simbolismo de habitar y casa, utilizado en este libro. Por su ascendencia griega, ecología significa tratado de la casa (oixos). ¿Qué relación existe entre la doctrina cristiana de la creación y el “tratado de la casa”? Si nos fijamos sólo en un creador y en su obra, no existe lazo alguno. Pero si entendemos en clave trinitaria al Creador, su creación y la meta de ésta, entonces el Creador habita, mediante su Espíritu, en la creación entera y en cada una de sus criaturas; y la mantiene viva y unida gracias a su Espíritu. El misterio íntimo de la creación es esa inhabitación de Dios, como el misterio íntimo del sábado de la creación es el descanso de Dios. Si nos preguntamos por la meta y futuro de la creación, topamos, en último término, con la transfiguradora inhabitación del Dios trino en su creación, que se convierte asi en un nuevo cielo y en una nueva tierra (Ap 21), y nos encontramos con el sábado eterno de Dios, en el que toda la creación alcanza la bienaventuranza. El misterio divino de la creación es la schekiná (inhabitación de Dios). Y la meta de la schekiná es convertir toda la creación en casa de Dios.
En este ciclo de catequesis el Santo Padre Benedicto XVI se interesa por los orígenes de la Iglesia e ilustra su estructura esencial, que el paso del tiempo no ha alterado ni desgastado. La antología se abre con una serie de catequesis relativas al misterio de la Iglesia, y se detiene en la institución de los Doce y en su ministerio de comunión y de verdad. Su parte central –y más densa- está dedicada a la presentación de los apóstoles, con las características peculiares de cada uno, su experiencia personal al lado de Jesús y los sucesos destacados de sus vidas. Estas reflexiones sobre la Iglesia primitiva se completan con los perfiles de otros personajes relevantes, hombres y mujeres que “brillan como estrellas de primera magnitud en la historia de la Iglesia”.
El volumen acompaña al lector por un ideal “recorrido por los testigos del cristianismo naciente que mencionan los escritos neotestamentarios”. Un itinerario articulado en treinta y una etapas, que reúne las catequesis pronunciadas por el Sumo Pontífice durante las audiencias generales en el arco de un año: desde el miércoles 15 de marzo de 2006 hasta el miércoles 14 de febrero de 2007. Su Santidad nos introduce así en un conocimiento más directo de los apóstoles y de otros personajes importantes de la Iglesia primitiva. A ellos Jesucristo les confió un depósito de verdad vivo y siempre actual. Los creyentes del tercer milenio podrán, a través de la lectura y reflexión de lo que escribe el Sucesor de Pedro, comprender más y mejor que el Señor “conduce a su Iglesia, generación tras generación, sirviéndose indistintamente de hombres y mujeres que saben sacar fruto de su fe y de su bautismo por el bien de todo el Cuerpo eclesial, para mayor gloria de Dios”.
Usar un método histórico no significa estudiar la historia por simple curiosidad de erudito. Cuando el autor comenzó a enseñar, hace pocos años, era la época en que se abandonaba el sistema de las tesis escolásticas y en que el positivismo teológico parecía la gran panacea. El gran método había de ser exponer la Biblia y los Santos Padres. Hasta que un buen día, al acabar uno de los primeros cursos, un alumno, que hoy corre por algún lugar de América Latina sorteando dictaduras de derechas, se permitió la siguiente crítica: "Nos has expuesto lo que creyó san Pablo, y lo que creyó san Justino y lo que creyeron los cristianos de antes. Podías habernos dicho también qué es lo que hemos de creer los cristianos de hoy." Era muy fácil dar una respuesta escapista y verdadera: uno no tiene la asistencia del Espíritu Santo para eso. Pero, sin embargo, la crítica tenía buena parte de razón y había puesto el dedo en la llaga. Por ello conviene advertir que el pasado no va a ser leído en esta obra de manera asépticamente neutral o simplemente erudita. Está leído "interesadamente", y no hay recato en confesarlo: porque es grande el interés en responder a aquella cuestión, con fidelidad al ayer y con lealtad al hoy. Se ha intentado hasta el máximo el leerlo con objetividad. Pero sabiendo que no existen más objetividades que las poseídas por sujetos; los cuales preguntan y sufren y progresan, interpretan, necesitan y dan. Y por ello, mal que bien, al leer se interroga, se subraya, se selecciona, se aprende y se intenta sacar, del en-sí del ayer, el para-nosotros del hoy.
El Único Dios Verdadero es un libro medio único, con la intención no sólo de enseñar la verdad, sino también de llevar al lector a un encuentro con el Dios vivo. De acuerdo con este objetivo, el libro trata de establecer a los creyentes en la teología cristiana ortodoxa y el contenido real de la Biblia. En este estudio los estudiantes son animados a llegar cuidadosamente a sus conclusiones a la luz de las Escrituras en lugar de sólo absorber a los principios, inferencias e ilustraciones dados por el autor. Por esta razón, el libro incluye muy poco de ese tipo de material y en su lugar se centra en digerir las Escrituras directamente.
A través de un estudio guiado por las propias palabras de Dios, y organizado por diversos temas sistemáticos, el libro demuestra sistemáticamente la naturaleza de Dios. De esta manera el lector es establecido sobre una base firme y fácilmente se percibe la centralidad y la alta autoridad de la doctrina bíblica dentro de la vida cristiana. Es la convicción del autor que el estudio de la doctrina es a la vez una disciplina intelectual y devocional. Por lo tanto los estudiantes son guiados a través del estudio a analizar y aplicar las verdades que aprenden, meditando en las demandas de las Escrituras para su corazón y la mente. El libro nos coloca de lleno en el centro del material y exige de nosotros pensar seriamente acerca de cómo debemos vivir ante Dios.
El Único Dios Verdadero es especialmente adecuado para los siguientes contextos: (1) la formación doctrinal de los nuevos conversos, (2) estudios bíblicos de universitarios o adultos, (3) el estudio privado, (4) material para escuelas cristianas o para la educación de los hijos en la casa, (5) Material para la escuela dominical, (6) una ayuda a los padres para la enseñanza de la Palabra de Dios a sus hijos.